viernes, 15 de junio de 2018

Por el Día de los Padres

Raúl Rojas Pérez: «Yo fui mamá una vez»

Escrito por  Alina M. Lotti/CubaSí
A propósito del Día de los Padres, esta historia echa por tierra la falsa creencia de que madre hay una sola y padre es cualquiera.
Abril Rojas Tejeda vio la luz, con ocho meses, el 13 de mayo del 2010. Cuando el padre entró a la sala del hospital para conocerla, la esposa se la puso entre sus brazos y le dijo: «Toma, esto es tuyo». De ese momento queda constancia en una fotografía (en la portada de CubaSí) que ahora muestra con tremendo orgullo.

La frase fue quizás premonitoria de lo que vendría en un futuro no muy lejano, pues 60 días después, Raúl Rojas Pérez, trabajador de Etecsa, de la Dirección de Comunicación Institucional, se vio rodeado de pañales, biberones y alimentos para la bebé.

Era simple, la pareja había decidido que fuera él quien asumiera el cuidado de su pequeña niña y, por lo tanto, se acogería a las facilidades que en este sentido brinda el Decreto-Ley No. 234 de 2003 de la Maternidad de las Trabajadoras*.

«Teníamos un matrimonio de más de diez años y cuando decidimos que ya íbamos a ser padres, llegó Abril. Fue mi esposa Astrid quien le puso el nombre y estuve de acuerdo porque me gusta mucho el rock and roll y, en particular, Avril Lavigne, una cantante norteamericana que interpreta ese género.

«En aquel momento ya laboraba en la Empresa y tenía menos remuneración que Astrid. Sin dudas, eso fue lo que más influyó para tomar tal determinación; estuvo clarísimo todo el tiempo, lo conversamos varias veces a partir de que ella quedó embarazada.

«Como no soy machista, le dije: “tú ganas más, tienes un trabajo que no puedes perder y yo puedo solicitar la licencia, eso es lo que vamos a hacer”. Todo fue muy fácil».

De esta forma, Raúl cuidó a su pequeña desde los tres y hasta más allá de los doce meses, pues pidió extender la licencia. Hoy Abril tiene ocho años y él cataloga aquellos tiempos como gratos y felices.

«En realidad, para mí ese Decreto-Ley fue la oportunidad de hacer algo que, de otra manera, no hubiera sido posible. Es más, te voy a ser franco: cuando conocí a mi esposa, le dije dos cosas: que no me casaría ni tendría hijos. Ese era mi pensamiento. ¡Y mira las cosas de la vida!, ya llevo casi 20 años de casado y ahí está nuestra niña.

«En ese tiempo yo fui mamá. Muchas veces mi esposa siente que no tuvo esa posibilidad, pues a los tres meses se incorporó al trabajo, ella sabe que le faltó eso. Yo, en cambio, estoy muy agradecido de haber tenido esa niñita entre mis brazos, de hacer las funciones que quizás, por naturaleza propia, le hubiera tocado a ella.

«A partir de esa etapa de mi vida veo a las mujeres de otra manera, me di cuenta de que son seres especiales. A un niño hay que dedicarle todo el tiempo, las 24 horas del día. Abril no era muy tranquila, se despertaba cada tres horas durante la madrugada, pero, a decir verdad, mi esposa también se levantaba. En ese año yo atendí a la niña en todo lo necesario, lo único es que no la bañaba. Astrid lo hacía, con tremenda facilidad, cuando llegaba del trabajo.

«Con Abril lo que más me gustaba era jugar, ver la curiosidad que tenía por los objetos. En esa etapa todo les llama la atención: ven un lápiz, por ejemplo, y no saben si está frío, caliente, tocan las cosas para aprender, se las colocan en la boca. ¡Fueron momentos lindísimos!»

Eres profesional, ¿no te lamentas por haber estado ausente todo ese tiempo de tu trabajo?

«Lo volvería a hacer otra vez. De hecho, hay ocasiones en que extraño ese período que viví. Al comienzo, a los dos o tres primeros días de cuidar a la niña, pensé: “me espera un largo año”. Después deseaba estar junto a ella otro añito más».

¿Qué dijo primero: mamá o papá?

«Yo le repetía varias veces la palabra mamá, porque quería que eso fuera lo primero que ella dijera; sin embargo, sucedió algo gracioso. En realidad, lo hizo, pero así me nombraba a mí. Entonces yo le decía: “Abril... yo no soy tu mamá”».

En la actualidad, ¿qué le dijeras a un hombre que esté en una situación similar a la que tú viviste?

«Hace poco estuve leyendo en la prensa que desde la aprobación del Decreto-Ley muy pocos hombres se han acogido a este, y de esos conozco a tres, es decir, a dos amigos míos, también de Etecsa y, por supuesto, yo. Considero que es una buena experiencia. Hacia un hijo uno siente un sentimiento indescriptible, por eso ese tiempo de cuidado es muy valioso. Lo otro es que entiendes un poco más a las mujeres y los sacrificios por los que pasan para tener niños. A esos hombres les dijera, además, que no desaprovechen la oportunidad; quien deba hacerlo, que lo haga sin temor alguno, porque va a vivir momentos muy bonitos e inolvidables».

*La normativa contribuye a propiciar la responsabilidad compartida de la madre y el padre en el cuidado y atención de los hijos y la del padre, en particular, en caso de fallecimiento de la madre.

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Astrid, Abril y Raúl: Una familia construida con amor.
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Ellas, en todo momento presentes.

viernes, 25 de mayo de 2018

Destaca papa Francisco importancia de familia en formación de valores

 
El papa Francisco destacó hoy en Roma la importancia de la familia como espacio privilegiado para la formación de valores, con un lenguaje propio y en una época de profundos cambios.

El sumo pontífice pronunció un discurso ante funcionarios y jefes de la policía de Roma y de la Dirección Central de Salud del Departamento de Seguridad Pública, acompañados de familiares, en la sala de audiencias papales Pablo VI.

Francisco se refirió a cómo en el ambiente familiar se enseña y se aprende 'la fe, el amor y hacer el bien', con un dialecto singular, pues son cosas que 'en otros idiomas no se comprenden'.

Advirtió que la buena salud de la familia es decisiva para el futuro del mundo y de la iglesia católica a la luz de 'los múltiples retos y dificultades presentes hoy en la vida cotidiana'.

De hecho -dijo- cuando se tropieza con una realidad amarga, cuando se siente el dolor, cuando irrumpe la experiencia del mal o de la violencia, es en la familia, en su comunión de vida y amor donde todo puede ser comprendido y superado.

El Papa subrayó la importancia de la vida familiar para el desempeño de la labor de los policías porque les aporta 'equilibrio humano, sabiduría, valores de referencia' y añadió que una buena familia transmite también civismo, educa a las personas a sentirse parte del cuerpo social y 'comportarse como ciudadanos leales y honestos'.

martes, 15 de mayo de 2018

Por el día internacional de la familia

Día Internacional de la Familia: Las cubanas tienen un aderezo especial 

Escrito por  Liz Martínez Vivero / Especial para CubaSí 

Este martes se celebra el Día Internacional de la familia. Aunque, en el caso específico de Cuba no es necesaria una marca en el calendario para formar el alboroto.
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Si usted se acaba de enterar ya es otra fecha que a partir de ahora no debe, bajo concepto ninguno, pasar por alto.

Aunque, en el caso específico de Cuba no es necesaria una marca en el calendario para formar el alboroto. Bastan tres palos y una lata para que todo el mundo se congregue alrededor de los improvisados músicos a armar lo suyo o mejor dicho lo nuestro, porque esta virtud de hacer una fiesta de todo nos viene como impregnadas en el ADN y hasta hoy no me queda claro si por la parte española, la africana o la aborigen.

El caso es que aquí las familias tienen un aderezo especial. Chovinismo aparte, lo mismo nos reunimos alrededor del televisor para disfrutar el deporte o la novela que en una mesa de dominó.

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Familias las hay de muchas clases. En biología y también en la vida real es una unidad sistemática situada entre el orden y el género; o entre la superfamilia y la subfamilia si estuvieran descritas. Pero buscando más allá en otras terminologías y conceptos el Diccionario de la Lengua Española la define como un grupo de personas emparentadas que por lo general viven juntas, aunque existan otros modos, como la adopción.

Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el elemento natural, universal y fundamental de la sociedad, tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.


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Los lazos principales que definen una familia son de dos tipos: vínculos de afinidad y de consanguinidad, como la filiación entre padres e hijos o los lazos que se establecen entre los hermanos que descienden de un mismo padre.

Hasta los más pequeños saben que una familia es muchísimo más que una casa pero se le parece mucho. Allí se debiera siempre encontrar reposo, refugio y satisfacción personal al término de cada jornada y también al inicio de todas ellas.


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Las familias, aunque no es una norma, y por lo menos se cumple absolutamente en la primera de ellas se forma de mutuo acuerdo.

Cuando la vida da la oportunidad de formar una es también una manera de enmienda, de corregir nuestros errores en los pasos de otro y de señalar el camino a recorrer con la suprema modestia de aquellos que tuvieron a su cargo nuestra enseñanza.

Hay familias más o menos cortas pero no  importa el tamaño sino la grandeza de la confianza y el amor que se envíe y reenvíe a todos los miembros de ella, estén donde estén porque la distancia aquí no tiene nada que hacer… es muchísimo mayor el vínculo.


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viernes, 11 de mayo de 2018

Bello reporte periodístico por el Día de las Madres

Día de las madres: Una nunca sabe cuál fue el momento exacto

Escrito por  Vladia Rubio/CubaSí
  La autora (Vladia Rubio) y su hijo Gabriel
El Día de las Madres resulta buena coyuntura para reflexionar y agradecer. En Cuba, donde la quinta parte de la población es mayor de 60 años, ser madres y ser hijos puede adquirir connotaciones bien especiales.

Sucede que hasta cierta edad, las mamás nos ocupamos de todo, absolutamente todo, lo que concierne a nuestros hijos: desde la ropa que se ponen, la hora en que van a dormir hasta lo que comen o dejan de comer.

Si se dan un golpe, no solo corremos a curarlo sino sentimos el dolor junto con él; si triunfan, aunque sea ganando en el aula la estrellita de la semana, nos alegramos como si le hubieran conferido el nobel, y si lo dejan plantado en una esquina, nos indignamos con la muchacha “que no sabe lo que se perdió” porque primero él y después Brad Pitt.

Pero eso es solo hasta un día. Una nunca sabe cuál es el momento exacto en que esa brevísima hebra que la une a su hijo se fractura, como segundo cordón umbilical que cortaran, y el muchacho alza vuelo así, sin previo aviso.

Quizás fue a partir de aquella fiesta, cuando estudiaba en 7mo. grado y te dejó esperando muerta de angustia en el portal porque le habías dicho que hasta la 1:00 y ya eran las 3:00; o tal vez fue cuando, desde una serenidad que le creció quién sabe de dónde, te dijo que no, que ese o aquel asunto no sería como tú quieres sino como él necesitaba que fuera.

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Odalys Cimadevilla, periodista de CubaSí y su hijo Robin.

Y te lo dijo desde el amor, pero también desde la entereza con que habla la gente grande y tú te quedaste sin saber qué decir porque, en el fondo, lo que estabas era buscando urgente una explicación para entender cómo el niño se te había vuelto casi un adulto entre las manos.

Porque sucedió así, de pronto, y una quiere y no quiere que pase; pues mientras siga siendo “el niño” podremos guiarlo por el camino más corto, evitarle angustias varias, tropiezos donde nosotros ya nos fuimos contra el muro, lágrimas por creer importante lo que sabemos que a la larga no lo es.

Pero más temprano que tarde la crisálida deja de serlo y el hijo abandona nuestro regazo, pareciera que definitivamente.

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Anabel, la hija de otra de nuestras periodistas (Alina Mena).

Y ya no habrá reloj que lo detenga ni llamadas telefónicas, ni esperas en el balcón; empezarán a acumularse nuestras preguntas sin respuesta o sus contestas solo formales. Si al inicio no le dejábamos usar la laptop de nuestro trabajo para que jugara, ahora es él quien no nos deja usar su tableta y se burla de cómo escribimos palabras completas en el SMS que le enviamos.

A la par que el modo en que usamos las nuevas tecnologías nos va diferenciando -¿distanciando?- continúan rompiéndose, uno tras otro, más de esos filamentos que nos enlazaban. Van cambiando también nuestras formas de hablar y un día le escuchamos decir una palabra cuyo significado no sabíamos, luego será otra y otra más, porque sus lecturas son diferentes a las tuyas.

También cambiarán los temas de conversación, y algunos, que años atrás les eran totalmente afines a ambos, ahora te quedarán casi vedados como el de las novias “porque a ti no te conviene ninguna”.

Pero a medida que sin remedio se van cerrando puertas, otras empiezan a entornarse. Y si antes eras tú quien le preguntaba a él por si había ido al ortopédico a verse esa rodilla maltratada por el futbol, ahora es él quien se ocupa de si compraste las medicinas para la migraña. Así, resguardada de amenazas, culpas o dolores, quietamente amada, empiezas a adentrarte en lo que será tu vejez.

No creo que sean pocas las madres cubanas que hayan sentido algo similar, porque con una población cuya quinta parte rebasa los 60 años, este país se apunta entre los más envejecidos de América, a la vez que ostenta uno de los más altos índices de esperanza de vida.

Nunca sabrás el momento exacto, pero a partir de un instante preciso comenzarás a volverte algo así como la hija de tu hijo. Y te descubrirás en su regazo, acunada por sus ahora inmensos brazos, que hace tanto se te enroscaban al cuello cuando llegabas a buscarlo a la escuela.

sábado, 10 de febrero de 2018

Familia, para reflexionar...


Pediatra pregunta a sus pacientes terminales qué les hace felices.Respuestas...

Radio Habana Cuba


El médico compartió en Twitter las respuestas de los niños, que demuestran una sencilla y hermosa sabiduría. Foto:RT
El médico compartió en Twitter las respuestas de los niños, que demuestran una sencilla y hermosa sabiduría. Foto:RT
La Habana, 10 feb (RHC) Cuando una persona afronta la última etapa de su vida con consciencia de que la muerte se acerca, la percepción existencial suele cambiar y las prioridades pueden adquirir un orden distinto. Los enfermos terminales son un ejemplo de esta modificación en la perspectiva vital.
Un pediatra sudafricano, cuya labor le confronta con enfermos terminales de muy corta edad, quiso saber qué es lo que más valoran los niños cuando saben que la muerte se acerca.
Tras llevar a cabo su particular encuesta, el doctor Alastair McAlpine publicó las conclusiones en su perfil de Twitter, y las respuestas de los niños han resultado ser profundamente conmovedoras.

Para empezar, el doctor destaca a qué cosas los niños no concedieron ninguna importancia: "Ninguno dijo que habría deseado ver más la televisión. Ninguno dijo que debería haber pasado más tiempo en Facebook. Ninguno dijo que hubiera disfrutado peleando con otros, y ninguno había disfrutado en el hospital".

"Dios cuidará de mamá y papá cuando yo no esté"

Muchos de los niños mencionaron a sus mascotas. Explicaban que los ladridos de su perro les hacían reír, o que les gustaba mucho que su gato 'se acostara a su lado por la noche y ronroneara", y en general, valoraban mucho a las personas que les hacían reír.
Otros niños expresaban preocupación por cómo iban a sentirse sus padres después de su fallecimiento. "Espero que mamá esté bien. Parece triste", decía algún paciente, mientras otros estaban convencidos de que "Dios cuidará de mi padre y de mi madre cuando yo me haya ido".

Cuentos, helados y películas

"Amigos, leed cuentos a vuestros hijos: les encanta", recomienda este pediatra, basándose en las respuestas de sus pequeños pacientes.
Otro de sus descubrimientos no fue exactamente una sorpresa, pero mereció la pena asegurarse: "A todos les encanta el helado".
Uno de los niños dijo que Harry Potter le hacía sentir valiente, y otro que adoraba las películas del espacio.
Un aspecto en el que también coincidieron los pacientes del doctor McAlpine es en el gran valor que otorgan al tiempo que pasan con su familia.
Como conclusión, el médico lanza un mensaje para todos, niños y adultos: "Sé amable. Lee más libros. Pasa tiempo con tu familia. Bromea. Ve a la playa. Abraza a tu perro. Dile a esa persona especial que la amas. Estas son cosas que estos niños desearon haber podido hacer más. El resto son detalles. Ah... y come helados", escribió el médico, en lo que probablemente sea su receta para una vida mejor, basada en la enorme sabiduría de los más pequeños.