viernes, 1 de febrero de 2013

Fiesta de La Candelaria: un día para cortarse el pelo y podar las plantas



Siempre  que se aproxima el día dos de febrero es muy frecuente escuchar a las personas en Cuba hacer planes para podar las plantas, especialmente, las de uva y las de pascua. También suele programarse para esta fecha un corte de cabello y hasta de las uñas. Todo con la finalidad de que cuando renazcan lo hagan con más fuerza y belleza.
Tales intenciones se llevan a cabo en el contexto de la Fiesta de Nuestra Señora de la Candelaria  que se celebra en muchos países, tanto del llamado Viejo Continente como del Nuevo.
Según algunos  investigadores, esta festividad tuvo su origen en la antigua Roma, donde la procesión de las candelas formaba parte de la liturgia de la Presentación de Jesús en el Templo, asociada a los cirios, antorchas y candelas encendidas en las manos de los fieles para resaltar el significado que tiene para los creyentes la figura de Cristo como signo de luz.

De tal modo se recuerda hasta nuestros días ese pasaje bíblico al cual se suma la purificación de la Virgen María después del parto, lo que llamamos aquí  el cumplimiento estricto de la cuarentena por parte de las mujeres recién paridas, quienes de alguna manera deben extremar cuidados y guardar reposo durante 40 días.
En varias regiones del planeta la acción de iluminar se expresa mediante velas o las candelas, de lo cual se deriva el nombre de "Candelaria". Suelen entonces estar centrados los cultos en una o varias hogueras, con bailes, comidas y bebida alrededor.
Se rinde honor así a esta advocación mariana aparecida en Tenerife, Islas Canarias, al suroeste de España, a principios del siglo XV y que más tarde fueron traídas, imagen y costumbres, a varias naciones americanas de mano de los emigrantes.
A las costas cubanas, la Virgen de la Candelaria llegó mediante  los canarios y sentó su patronazgo en diversos pueblos y ciudades donde en esta fecha se revitalizan tradiciones  que llegan hasta nuestros días acompañadas de ciertos matices que le impregna la gracia popular.
Tales ceremonias se asocian con la fertilidad de la tierra y los beneficios del agua, las cuales se traducen como abundancia, fecundidad y vida.  De ahí que podar las plantas este día o cortarse el pelo deviene entonces buen augurio de que renacerán más vigorosos.





Cierto o no, la iniciativa surge de los ritos de la gente, que atesora interesantes historias y las transmite de generación en generación para contribuir a que no pocos hoy decidan cortar los sarmientos con la finalidad de que los retoños broten lindos y fuertes.
Los que han probado suerte aseguran que, en verdad, tienen buenos resultados. Gracias a la Candelaria.

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